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La ciencia de usar la respiración para regular tus emociones

Mayo 30, 2016

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La relación entre las emociones o nuestros estados mentales y la respiración es algo en lo que la neurociencia ha empezado a hacer énfasis en los últimos años y que, por otro lado, es harto conocido en las tradiciones contemplativas de Oriente. En la famosa historia de los Diez Toros de la tradición zen se deja muy claro que la respiración es lo que logra controlar la mente, en este caso sirve como el lazo que disciplina al toro salvaje (símbolo de la mente no entrenada). Poner atención en la respiración, podemos decir, siguiendo esta historia utilizada para enseñar a meditar a incontables monjes, es el primer paso hacia la iluminación.

 

Emma Seppala, directora del Centro para la Compasión y el Altruismo en la Universidad de Stanford, explica que uno de los efectos negativos del estrés es que nos hace gastar mucha energía y cuando el estrés deja de ser necesario (cuando no tenemos que reaccionar a algo que nos amenaza, por ejemplo) estos nos puede mantener en un estado de drenaje energético, al seguir generando emociones que dirigen tensión a diferentes partes del cuerpo. Es por ello que es muy útil aprender técnicas para relajarse, la mayoría de las cuales pasan por una conciencia de la respiración. 

 

Una de las cosas más interesantes que han notado los investigadores en este sentido es que existe un vínculo entre las emociones y la respiración. Si queremos medir nuestra emotividad la forma más sencilla es simplemente fijarnos en cómo estamos respirando; siempre que hay una alteración, ya sea alegría, enojo, tristeza o cualquier otra emoción, existe paralelamente una alteración en nuestro patrón respiratorio; es como si las inahalaciones y exhalaciones fueran el metrónomo del cuerpo. En un estudio, según cita Seppala, investigadores pidieron a personas que se permitieran sentir esta o esa otra emoción. Al medir los ritmos respiratorios de los voluntarios, notaron que cada emoción tiene su propio patrón respiratorio. De manera aún más asombrosa, en la segunda parte del experimento, los investigadores dieron a los sujetos técnicas respiratorias que imitaban los patrones de cada emoción y descubrieron que con sólo repetir el patrón respiratorio se creaban sensaciones correspondientes a cada emoción. "Lo que esto muestra es que nuestra respiración puede cambiar significativamente nuestro estado mental", dice Seppala. "Es muy difícil cambiar tu mente con tu propia mente, tus pensamientos con tus pensamientos. Sin embargo, si calmas tu sistema nervioso, que es lo que hace la respiración, entonces tu mente se puede calmar también".

 

La respiración emerge entonces como una especie de medicina fisiológica para tratar una enfermedad o un agitación que es fundamentalmente mental y/o emocional, verdaderamente un hack en nuestro sistema. Para hacer esto, primero debemos reconocer que realmente no sabemos cómo respirar, y que si aprendemos podemos cambiar nuestra mente. 

 

Puedes empezar a practicar esto viendo este video: al minuto 2:50 Seppala guía un ejercicio de respiración. El audio está en inglés pero puedes ver los gestos; básicamente se trata de una técnica de "pranayama" en la que se debe intercalar la respiración por cada fosa nasal. 

 

 


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