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Leche materna, el primer superalimento del ser humano

Agosto 03, 2019

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • La lactancia propicia la formación de una microbiota intestinal saludable

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  • La lactancia disminuye el riesgo de que los bebés desarrollen diversas enfermedades

La lactancia materna es la mejor manera de aportarle a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna como alimento exclusivo del bebé durante los primeros 6 meses de vida. En la siguiente etapa se agregan los alimentos adecuados para la edad, pero se recomienda que la lactancia materna se brinde hasta los 24 meses o incluso después.

 

De acuerdo con cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la OMS, a nivel global, 78 millones de bebés recién nacidos no tienen acceso al seno materno durante su primera hora de vida, también conocida como "hora dorada". Por esta razón los bebés no reciben el calostro (líquido previo a la leche), que por su alto contenido en nutrientes y anticuerpos, es considerado la primera vacuna de los recién nacidos.

 

La lactancia materna es la  mejor fuente de energía y nutrientes para el recién nacido y lactante. La neonatóloga Flor Abinader la identifica como un mecanismo de protección contra diarreas e infecciones potencialmente mortales. Investigaciones recientes en el Reino Unido y Estados Unidos reconocen la importancia de la leche materna en el desarrollo de la microbiota y el sistema de defensa de los nuevos bebés. La especilista detalla:

El  contacto piel a piel permite el intercambio de bacterias entre la madre y la boca del bebé, lo que contribuye efectivamente al desarrollo del organismo del recién nacido. Nuevos estudios exploran la posibilidad de que las bacterias de la madre viajen desde su propio intestino hasta las glándulas mamarias, y de ahí las comparte a su hijo, en una especie de transferencia de resistencia ante las enfermedades.

 

Cálculos de Unicef estiman que mejorar las prácticas de lactancia a nivel global podría salvar cada año la vida de más de 800 mil niños menores de 5 años, la mayoría de ellos incluso menores de 6 meses. Más allá de la supervivencia, cada vez hay más evidencia respecto de los beneficios de la leche materna a lo largo de toda la vida del individuo. La doctora Abinader puntualiza:

La conformación inicial de una microbiota intestinal rica y diversa a partir de la lactancia materna reduce en los bebés el riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas, pero también otras que son crónicodegenerativas como las alergias, obesidad, diabetes e incluso algunos trastornos mentales como el autismo, la ansiedad y la depresión.

 

Aun cuando la recomendación de la OMS es proporcionar lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida de los niños, hay casos en los que, por diversas razones, algunas madres no pueden lactar. Una opción para el cuidado y fortalecimiento de la microbiota intestinal de los bebés en esta situación es el consumo de probióticos. 

 

Bajo la supervisión del médico tratante, en situaciones de recuperación del equilibrio de la microbiota intestinal del bebé, un posible tratamiento es el probiótico de origen natural desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii, disponible en comprimidos, cápsulas o en sachets —sobrecitos de polvo—, para facilitar su consumo.


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