La mayoría de las personas han sufrido de dolor de cuello crónico o alguna otra tensión muscular que tiene que ver con el estrés. Remedios hay muchos, como alguna pastilla antiinflamatoria o un masaje, pero la solución a largo plazo podría estar en tu cojín de meditación. En un estudio reciente, publicado en The Journal of Pain, se encontró que la meditación puede ser la respuesta para aminorar y eventualmente eliminar este tipo de padecimiento. En particular una técnica llamada Jyoti, que tiene que ver con la repetición de mantras y llevar la atención al tercer ojo.

En realidad, cualquiera de las variantes de meditación que se utilizan para disminuir el estrés tienen efectos similares para calmar el dolor. Una buena sesión de mindfulness puede modificar las partes del cerebro que modulan las señales neurobiológicas de dolor. La meditación de atención plena te enseña a observar tu espiral de pensamientos negativos y a soltarlos. Además, también contribuye a deconstruir el dolor. En lugar de verlo como un bloque sólido que ha tomado el control de una parte de tu cuerpo, te metes en él y ves momentos de presión, de ardor y de frío. Meditar también te ayuda a entrar en la conciencia de que tú no eres tu dolor.

A continuación, algunos consejos para utilizar la meditación para aliviar el dolor:

• Toma conciencia del dolor. Reflexiona sobre su ubicación exacta, cómo se siente y cómo reacciona tu cuerpo ante él.

• Sé presente. Enfócate en tu respiración, inhala y exhala lentamente. Lleva tu atención hacia la superficie donde te encuentras apoyado.

• Interésate. Investiga el dolor como si fuera la primera vez que lo experimentas. Mientras más curioso te muestres con tus sensaciones, menos te preocuparás por el dolor en sí mismo.

• Repite con regularidad. Cualquiera que sea el estilo de meditación que elijas, haz un hábito de ello. Con el tiempo, entrenarás a tu cerebro a lidiar con el dolor de esta forma.

Con información de Yoga Journal