Todos hemos escuchado alguna vez aquel dicho que dice “barriga llena, corazón contento”, es más, nos lo han repetido tanto que hemos llegado a creer que es absolutamente cierto, ¿quién no se siente muy feliz después de una deliciosa comida?
Sin embargo, si lo analizamos bien, se trata de una verdad a medias. Es cierto que comer nos pone contentos, pero, comer cualquier cosa y sin restricciones, puede ponernos no sólo muy poco contentos si no también causarnos malestares digestivos como sensación de inflamación, ruidos intestinales, malestar y gases. La clave, como en todo, está en el equilibrio.
Cuidar de nuestra salud digestiva es fundamental para llevar una vida plena, después de todo, nuestra salud integral está determinada por aquello que comemos y por la capacidad de nuestro organismo de aprovechar y metabolizar los nutrimentos. Por eso, cada vez que nos sentimos mal, lo primero que cambia es nuestra dieta. Aprender a nutrirnos y cuidar de nuestro sistema digestivo es el primer paso para aprender a estar sanos.
Y es que, comer no es lo mismo que nutrirse. Para comer sólo necesitamos tener comida y boca. En cambio, para nutrirnos, es necesario agregar un par de ingredientes a la ecuación: consciencia y conocimiento. Nutrirse implica comer tomando en cuenta el equilibrio y las porciones, además de las propiedades de los alimentos y qué beneficios aportan a nuestro organismo. Te dejamos algunos tips, para comenzar a comer cuidando tu salud digestiva: