Es muy probable que alguna vez te haya pasado que abres el refrigerador o el congelador, te encuentras con un envase de yogurt o helado, se te antoja, te emocionas y lo abres… y, ¡oh decepción! Resulta que en vez de su contenido original está lleno de frijoles, sopa o algún otro alimento de las sobras de la comida de algún día anterior.

Reutilizar los envases de yogurt, helado y crema para guardar sobras de comida es un hábito muy común en las familias mexicanas. Las abuelitas lo hacían y la costumbre ha pasado de generación en generación, e incluso es muy probable que tú también lo hagas.

Pero si bien no se trata de un hábito que resulte mortal en el corto plazo, sí es algo que deberías evitar, ya que a la larga sí es perjudicial para la salud. Así que, lo ideal es que no uses ese tipo de recipientes para guardar tus alimentos.

¿La razón? De acuerdo con información publicada por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en la Revista del Consumidor del mes de septiembre, ya que estos envases están hechos para un solo uso, los materiales con los que están fabricados no están pensados para contener otro tipo de alimentos que aquellos que vienen en ellos, ni para ser reutilizados para guardar comida. 

Dichos envases fueron diseñados para usarse una sola vez y desecharse, ya que se deterioran fácilmente, con lo que su estructura porosa o agrietada puede convertirse en un almacén de bacterias que contaminan tu comida. 

Entre dichas bacterias destacan la salmonella, campylobacter o E. coli, las cuales te pueden ocasionar desde malestares estomacales como dolor abdominal y cólicos hasta diarrea, vómito, fiebre y daños en los riñones, según explica la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA).

Por otro lado, guardar tus alimentos en envases de plástico de un solo uso los expone a la contaminación cruzada, es decir, cuando el contenido del envase deja en él microorganismos que se pueden transferir a la comida que coloques más adelante en el mismo recipiente.

Esto se da sobre todo si los usas para colocar en ellos carne, pescado crudo o comida grasosa, ya que este tipo de alimentos transfieren al envase microorganismos como bacterias, virus o parásitos que resultan perjudiciales para la salud.

Para evitar todo esto, lo más recomendable es que guardes tus alimentos y sobras de comida en recipientes de vidrio que cuenten con tapa y hayan sido diseñados para este fin.

Además, si usas recipientes de plástico, aunque estén diseñados para guardar comida en ellos, es muy importante que evites aquellos que entre sus materiales de fabricación contengan bifesnol A o BPA, una sustancia utilizada para endurecer el plástico, que aumenta el riesgo de padecer cáncer, según informa la PROFECO.

Y si sueles reutilizar los envases de yogurt, helado, crema o algún otro alimento para evitar generar tanta basura, puedes darles otro uso que no sea el de guardar comida. 

Por ejemplo, puedes forrarlos o pintarlos y utilizarlos para guardar ingredientes secos, como yerbas secas, especias, arroz, frijol u otras semillas y leguminosas que compres a granel, o bien, para colocar en ellos hilos, tornillos, lápices y plumas o cualquier otro objeto que necesites almacenar. 

Incluso puedes ponerte creativo y pintarlos o decorarlos y hacerles algunos agujeros en la base para usarlos como macetas para llenar tu casa o jardín de plantas, y cuando se dañen o rompan, puedes sustituirlos por otro envase del mismo tipo. Así les darás una nueva vida, sin poner en riesgo tu salud.

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