El yoga puede ayudarte a aumentar la flexibilidad y desarrollar tus músculos, pero sus beneficios van más allá de un entrenamiento tradicional. Además, se sabe que la práctica de esta disciplina contribuye a disminuir la ansiedad y la depresión. Según una nueva investigación, también puede mejorar los síntomas de los pacientes con enfermedades cardiacas.

En la investigación presentada en el Congreso 2020 de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) se explica que tanto las posturas de yoga como las técnicas de respiración pueden ayudar a los pacientes con fibrilación auricular a controlar los síntomas.

¿Qué es la fibrilación auricular?

Se trata de un trastorno común del ritmo cardiaco, a menudo denominado AFib. Es un padecimiento común, que en promedio presenta uno de cada cuatro adultos. La afección conduce a accidentes cerebrovasculares en aproximadamente del 20% al 30% de los casos y aumenta el riesgo de muerte, según un estudio publicado en European Heart Journal.

Aparte de los factores de riesgo, los síntomas de la fibrilación auricular, como palpitaciones del corazón, pulso acelerado o irregular, dificultad para respirar, cansancio, dolor en el pecho y mareos pueden ser perjudiciales para la vida diaria. "Van y vienen, lo que provoca que muchos pacientes se sientan ansiosos y limita su capacidad para llevar una vida normal", dice el doctor Naresh Sen, autor del estudio. Debido a su prevalencia, los investigadores querían examinar opciones de tratamiento alternativas y accesibles para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con esta afección.

¿Qué se encontró con la investigación?

Para estudiar si el yoga es eficaz en el manejo de los síntomas de AFib, los investigadores observaron a 538 pacientes entre 2012 y 2017. Los participantes no hicieron yoga durante las primeras 12 semanas. Durante las siguientes 16 semanas practicaron yoga, tanto con posturas como con técnicas de respiración, durante 30 minutos cada 2 días. En los días que no asistieron a clases de yoga, se animó a los participantes a practicar en casa.

Para comparar los dos períodos, los participantes mantuvieron registros diarios que rastreaban sus síntomas de AFib, recibieron mediciones de frecuencia cardiaca y presión arterial y completaron encuestas sobre sus niveles de ansiedad, depresión y estado de ánimo.

Al practicar yoga, los participantes experimentaron un promedio de ocho episodios sintomáticos, en comparación con 15 cuando no practicaron yoga. También tenían una presión arterial promedio más baja después del yoga. Esta es una razón más para poner en práctica una de las actividades que puedes realizar en cualquier momento y lugar, con incontables beneficios a los que frecuentemente se suman otros.

Namasté.

Con información de mindbodygreen

Foto de portada: Unsplash