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Lo bueno y lo malo de la sal para la salud

Julio 10, 2019

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Datos sobre la sal, el sodio y el potasio

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  • Mitos y verdades sobre el consumo de sal

Cada vez se producen más alimentos preparados, porque la urbanización y los estilos de vida se modifican constantemente y con ello, los hábitos alimenticios. Esos alimentos son altos en sal, grasas saturadas, ácidos grasos trans y azúcar, y eso sin mencionar que los ingredientes naturales que continenen no son frescos ni son los mejores.

 

Al mismo tiempo, al modificar los hábitos alimenticios, las personas consumen menos frutas, verduras y fibra, que son los elementos clave de una alimentación sana. Las frutas y verduras contienen potasio, que contribuye a bajar la tensión arterial.

 

En la alimentación, la sal puede provenir de alimentos preparados, ya sea porque son particularmente ricos en este mineral (como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salami, quesos, sopas instantáneas) o porque se añade en la preparación con condimentos como cubos de caldo de pollo o salsas. Algunos fabricantes reformulan sus recetas a fin de reducir el contenido de sal de sus productos, pero también el consumidor debe aprender a leer las etiquetas para elegir los productos con bajo contenido de sodio.

 

La sal es la fuente principal de sodio, cuyo consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cucharada cafetera) de sal al día para los adultos, y en los menores de 15 años la ingesta debe ajustarse según sus necesidades energéticas. Esta recomendación no incluye a los menores de 24 meses.

 

La OMS señala que la sal que se consume debe ser yodada, es decir, enriquecida con yodo. Éste es esencial especialmente durante el embarazo para el desarrollo del cerebro del feto y también para los niños pequeños, pues contribuye a optimizar las funciones mentales en general.

 

Sobre la sal, el sodio y el potasio

  • El sodio es un nutriente esencial necesario para mantener el volumen plasmático, el equilibrio acidobásico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.
  • El exceso de sodio tiene consecuencias negativas para la salud, en particular la hipertensión arterial.
  • Los principales factores que contribuyen al consumo de sal en la alimentación dependen del marco cultural y de los hábitos alimenticios de una población.
  • El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos como el cangrejo y la langosta. 
  • Suele estar presente en grandes cantidades en alimentos procesados como el pan, los embutidos y diversos snacks, así como en ciertos condimentos (salsa de soya o cubos de caldo de pollo, por ejemplo).
  • También contiene sodio el glutamato de sodio, un aditivo muy utilizado en las comidas procesadas.
  • El potasio es un nutriente esencial para el mantenimiento del volumen total de líquido en el organismo, el equilibrio acidobásico y electrolítico, así como para el funcionamiento normal de las células.
  • Se encuentra habitualmente en diversos alimentos naturales, especialmente frutas y verduras.
  • El aumento de la ingesta de potasio desminuye la tensión arterial sistólica y diastólica en los adultos.

 

Mitos acerca de la reducción del consumo de sal

La Organización Mundial de la Salud desmiente algunas de las ideas sobre el consumo de la sal:

  • Mito: Cuando hace calor y hay humedad y uno transpira, se necesita más sal en la alimentación 

Verdad: El sudor contiene poca sal y por lo tanto no es necesario agregar más, incluso en los días cálidos y húmedos. Sin embargo, es importante beber mucha agua.

 

  • Mito: La sal marina es mejor que la refinada porque es natural 

Verdad: No importa el origen de la sal, lo importante es no abusar en su consumo.

 

  • Mito: La sal agregada en la cocción es la fuente principal de la ingesta de sal

Verdad: En muchos países, alrededor del 80% de la sal de la alimentación proviene de alimentos procesados y de la sal natural que contienen frutas y verduras, no de la sal de mesa común.

 

  • Mito: Se necesita sal para que los alimentos tengan un sabor apetitoso

Verdad: El ajuste de las papilas gustativas lleva cierto tiempo, pero cuando uno se habitúa a que haya menos sal, es más probable que se aprecien los alimentos y que se reconozca una gama más amplia de sabores.

 

  • Mito: Los alimentos sin sal no tienen sabor 

Verdad: Tal vez sea cierto al principio, pero las papilas gustativas se acostumbran a la disminución de la sal, y es muy probable que uno acabe por degustar los alimentos y encontrarles más sabor.

 

  • Mito: Los alimentos ricos en sal tienen un gusto salado

Verdad: Ciertos alimentos ricos en sal no parecen tan salados porque a veces se les añaden otros ingredientes, como azúcares, para disimular el sabor. Es importante leer las etiquetas para conocer el contenido de sodio.

 

  • Mito: Sólo las personas mayores de edad se deben preocupar por la cantidad de sal que consumen

Verdad: El hecho de consumir demasiada sal aumenta la tensión arterial a cualquier edad.

 

  • Mito: La disminución de la sal podría ser nociva para la salud

Verdad: Es muy difícil consumir poca sal, dado que está presente en una gran cantidad de alimentos de la vida cotidiana.


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