¿Alguna vez has escuchado mencionar el nervio vago? No es lo que te imaginas por el nombre, te lo aseguramos. Existen demasiadas cosas en nuestro cuerpo que no sabemos para qué funcionan. En este texto podrás conocer la importancia de este nervio. Y no, no es una cosa superflua. El nervio vago es un nervio neumogástrico que nace en el bulbo raquídeo y actúa sobre la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago, el páncreas y el hígado. Además controla la capacidad de tragar, el reflejo de la náusea, la precepción de algunos sabores y parte de la cualidad del habla.
Junto con el encéfalo y otros nervios, dirige las funciones y actos involuntarios. A esto se le conoce como el sistema nervioso parasimpático, el cual se encarga también de la producción y el restablecimiento de la energía corporal. Esto poco que hemos dicho del nervio vago, conocido como “nervio de la compasión”, nos puede dar una idea de su importancia: estimula músculos de la cavidad vocal haciendo posible el habla, reduce la frecuencia cardíaca y se relaciona con las redes de receptores para la oxitocina, un neurotransmisor vinculado con la confianza y el vínculo maternal.
Te puede interesar: Este libro te ayudará a desarrollar el arte de la compasión
Es transcendental, entonces, mantener el nervio vago relajado, y una de las formas de relajarlo es mediante la respiración diafragmática. La respiración diafragmática o abdominal, ocurre cuando entran en funcionamiento todos los músculos implicados en el acto de respirar. Esta respiración lleva una gran cantidad de oxígeno a los pulmones y garantiza una mejor ventilación, lo que activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de la respuesta de relajación del organismo.
Mantener el nervio vago relajado no es tan complicado, basta con que respiremos diafragmáticamente. Para ello, puedes seguir los siguientes consejos:
¿Conocías la función del nervio vago? ¿Conoces alguna otra técnica de respiración diafragmática? Compártela.
Con información de Psychology Today