Para tener un plato rico en nutrientes, tiene que ser colorido. Una alimentación completa es una alimentación llena de color. La variedad en el plato es una forma de asegurarte de que obtendrás más beneficios para tu salud, ya que los colores de las frutas y las verduras indican sus diferentes nutrientes, necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Por ejemplo, consumir frutas o verduras con colores rojo, amarillo o anaranjado brinda betacarotenos que protegen contra algunas enfermedades, como las asociadas al corazón, diabetes y colesterol alto.

En los alimentos es común encontrar cinco colores primordiales, cada uno de los cuales implica diferentes beneficios a la salud. Los alimentos verdes, generalmente en verduras y hortalizas, se conocen por ser ricos en potasio, fibra y aportan antioxidantes que ayudan a tener una buena coagulación de sangre, hidratación y digestión de los alimentos. También son conocidos por su alto contenido en magnesio, que otorga grandes beneficios al sistema musculo-esquelético.

El color amarillo y/o anaranjado está presente principalmente en frutas, aunque también se encuentran dentro de esta categoría la zanahoria y la cúrcuma, entre otros. Estos alimentos producen un efecto antioxidante que previene enfermedades como el cáncer y la bronquitis y son ricos en vitamina A, que ayuda a proteger la piel de los rayos UV y a los ojos de posibles cataratas o degeneración muscular.

Los alimentos rojos protegen el tejido del organismo, disminuyen la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares y favorecen la circulación sanguínea. Por ejemplo, jitomate, variedades de chiles, rábanos, fresa, frambuesa, cereza, manzana y granada, entre otros.

Las cebollas, ajos y coliflor son los alimentos distintivos del color blanco, que contienen azufre. Sus principales beneficios son disminuir la presión arterial y el colesterol, y también aumentan la resistencia del cuerpo contra algunos tipos de virus.

La berenjena, el higo y la ciruela son ejemplos de los alimentos morados/azules, los cuales impiden que se produzcan inflamaciones, mejoran la circulación sanguínea, previenen el envejecimiento y benefician la memoria debido a que contienen proantocianidina, antocianidina y vitaminas E y C.

"Para decir que un platillo es variado debe tener al menos tres de estos colores. La porción adecuada es diferente para cada persona, de acuerdo con sus necesidades como edad y estilo de vida, pero es importante que el platillo contenga varios colores, esto indicará que hay variedad y presencia de nutrientes", comenta Karla Galindo, nutrióloga de Cultivos Naturales San Francisco.

Además de las frutas y verduras, existen otras posibilidades que contribuyen a esta selección de colores. Los germinados son una gran opción para enriquecer el plato, ya que aportan "enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales y vitaminas que los convierten en alimentos completos y contribuyen a corregir las carencias de la alimentación moderna", agrega la especialista.

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