En México, más de 23 millones de perros viven en la calle, según los conteos realizados por organizaciones protectoras de animales. Esto lo convierte en el país latinoamericano con mayor número de canes sin hogar, y de acuerdo con la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies, su población aumenta aproximadamente un 20% cada año.

Ante la gravedad de este problema y como una alternativa para solucionarlo Sheila Irais Peña, estudiante de doctorado de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, se encuentra desarrollando una croqueta anticonceptiva que ayude a controlar la reproducción de canes, principalmente de aquellos en situación de calle.

La alumna de la UNAM explicó que la idea es crear un alimento elaborado con productos naturales y que incluya un fármaco integrado por progestinas y andrógenos (hormonas sexuales). El objetivo es que este método sea seguro para la salud de los animales y lo suficientemente efectivo como para ayudar a controlar la reproducción de los perros.

El fármaco  se desarrolla en el Laboratorio de Biología Molecular y Regulación Endocrina Intragonadal, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Iztapalapa. Actualmente, el trabajo de investigación se enfoca sobre todo en las hembras, en quienes se pretende inhibir uno o dos celos al año. Ahora se están estudiando el periodo que dura el efecto de las sustancias, así como sus efectos a corto y largo plazo.

Si este método resulta exitoso, podría ayudar tanto a evitar que la población de perros en situación de calle siga creciendo como a reducir el problema de salud pública que representan, pues se calcula que diariamente cada can defeca 400 gramos y orina 800 mililitros, lo cual se puede traducir en contagios de enfermedades infecciosas, gastrointestinales, dermatológicas y respiratorias.

Además de este tipo de investigaciones y propuestas para reducir el número de perros en la calle lo primero que debemos lograr como sociedad es tener una cultura del respeto a la vida animal y ser dueños responsables, ya que alrededor del 70% de esos canes sin hogar fueron abandonados por sus mismos dueños.

Es importante considerar que tener un perro es adquirir una responsabilidad que durará alrededor de 15 años durante los cuales el animal necesitará alimento, vacunas, revisiones médicas, limpieza, corte de pelo, paseos y un lugar adecuado donde vivir. Además se requiere paciencia para educarlo y enseñarle a no romper cosas, así como dónde debe hacer sus necesidades. 

Por ello, la decisión de llevar a uno a la casa no se debe tomar a la ligera y no se deben dar como regalo sin saber si la persona que lo recibirá realmente podrá hacerse cargo de él. Es necesario que todos los integrantes de la familia estén de acuerdo con su llegada y con compartir las responsabilidades que implica, para evitar futuros abandonos.