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3 inventos ecológicos hechos por mexicanos

Mayo 23, 2018

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Recientemente te hablamos del biocombustible elaborado a partir de biomasa de nopal, el cual es un desarrollo de la empresa mexicana Nopalimex, que se encuentra en Zitácuaro, Michoacán. Pero este no es el único invento ecológico que ha surgido de la creatividad y capacidad científica de los mexicanos. 

 

En las últimas semanas se han dado a conocer otras creaciones, como unos platos desechables hechos de nopal, papel elaborado a base de colillas de cigarro y bolsas para la basura elaboradas con restos de maíz. Aquí hay más información sobre ellos.

 

Platos desechables elaborados a base de nopal

Las alumnas de preparatoria Luisa Belén Rodríguez Arreola, María Fernanda Cabañas y Aimé González Quintero, provenientes de Reynosa, Tamaulipas, participaron en la semana de la Feria Nacional de la Ciencia, realizada en San Luis de la Paz, Guanajuato, donde obtuvieron el primer lugar con la elaboración de platos desechables elaborados a base de nopal.

Además del nopal, que constituye el 95% del material utilizado, las estudiantes combinaron hojas de plátano, cartón de huevo, bicarbonato y semillas de chía, entre otros ingredientes. Por cada kilo de nopal se fabrican siete platos ecológicos.

 

Estos platos podrían ser una alternativa para los platos desechables de plástico, ya que no contaminan el aire, agua o suelo y se degradan aproximadamente en 3 semanas. Además, gracias a su composición, se pueden utilizar como composta, y no dañarían a los animales que llegaran a consumirlos. 

 

Las estudiantes buscarán la manera de industrializar este proceso y su siguiente objetivo es la fabricación de cubiertos, vasos, otros modelos de platos y popotes con este mismo material.

 

Eco Filter: colillas de cigarro convertidas en papel

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones, en México hay alrededor de 17 millones de fumadores y cada uno consume un promedio de 2 mil 540 cigarros al año. De las colillas que surgen de este hábito, el 41% termina en basureros y el 59% (29 mil 500 millones) va a dar a la naturaleza, donde contamina el suelo y el agua, de la cual, una sola colilla es capaz de contaminar hasta 50 litros.

Ante este panorama, Leopoldo Benítez, egresado de Biología en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, descubrió un hongo que crece en la madera y se alimenta de celulosa, el cual es capaz de acelerar la degradación de las colillas de cigarro, que en condiciones normales tarda hasta 25 años

 

Tras el descubrimiento, el joven se unió a dos biólogos de la UNAM y a Paola Garro, administradora de la Universidad Tecnológica de México, para expandir su proyecto. Juntos crearon la microempresa Eco Filter, que tiene el objetivo de reutilizar las colillas para la elaboración de papel, y así disminuir la tala y la contaminación de mantos acuíferos. 

 

Por ahora, los integrantes de Eco Filter elaboran cuadernos hechos en casa, los cuales venden en ferias de ciencia y eventos ambientales. Con los 120 mil pesos que han obtenido gracias a los premios que han ganado, planean comprar un terreno para buscar inversionistas y establecer una planta para fabricar el papel hecho a base de colillas. 

 

Boltsiri: bolsas para basura hechas de maíz

Un grupo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro, liderados por Mónica Citlali García, trabajan en el desarrollo de bolsas hechas a partir de los restos del maíz y buscan que éstas puedan ofrecer la misma resistencia que las bolsas hechas con polietileno de alta densidad, pero sin el peligro ambiental que representan sus contaminantes. 

El proyecto se llama  Boltsiri, debido a que en lengua purépecha “tsiri” significa maíz. Las bolsas que elaboran están hechas con la parte central de la mazorca, de la cual se obtiene biopolímero de celulosa, que es combinado con otros compuestos sustentables. 

 

El objetivo de este proyecto es ofrecer una alternativa sustentable ante la problemática ecológica que generan las bolsas de plástico desechables. Lo mejor es que, si estas bolsas llegan a un espacio natural o al mar y los animales se las comen, no estarían en riesgo, ya que su composición no es tóxica

 

El proyecto fue presentado para competir en el “Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018”, cuyos resultados se darán a conocer en los próximos meses.


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