La maternidad es una experiencia transformadora en todos los sentidos. No sólo nos cambia físicamente sino que nuestra mente y espíritu también se modifican, evolucionan y nos sorprenden. En principio, descubrimos que somos capaces de muchísimo más de lo que nos imaginábamos: nuestro cuerpo es más fuerte de lo que creíamos y aguanta mucho más dolor, cansancio y horas sin dormir de lo que hubiéramos pensado posible; descubrimos que nuestra capacidad de amar no tiene límites y que nuestra mente puede estar siempre alerta, de día o de noche, para cuando nuestro crío nos necesite.
TESTIMONIO: Cómo ha cambiado la maternidad mi relación con mi cuerpo
Sin embargo, entre todos esos procesos de cambio podemos llegar a sentirnos perdidas o sentir que nuestra faceta de madres ha reemplazado todo lo que alguna vez fuimos, y eso es hasta cierto punto normal. Un hijo es irreversible en todos los sentidos; jamás volveremos a ser la persona que éramos pero podemos seguir siendo nosotras mismas, conservando los gustos, las pasiones y las actividades que disfrutábamos. Un hijo no tiene por qué ser un sacrificio; al contrario, de nosotras depende que la maternidad sea una experiencia que potencie todas nuestras capacidades y nos haga crecer en lugar de algo que nos limite.
Hemos enumerado siete consejos para ser una madre feliz sin dejar de ser, al mismo tiempo, una mujer feliz:
1. Oblígate a tomar tiempo para ti. Inscríbete a una clase, ve a comer tus amigas, toma un baño largo o sal a caminar al parque tú sola. Intenta que al menos un par de horas a la semana se traten solamente de ti.
2. Descansa. La maternidad es un trabajo 24/7 pero necesitas descansar; tu salud y, por lo tanto, tu capacidad para cuidar bien de tu(s) hijo(s), dependen de ello. Procura dormir al menos 6 horas diarias.
3. Pide ayuda. Si estás en pareja, hazle saber que tiene la misma responsabilidad que tú en las labores domésticas y de cuidado. Si eres madre soltera, apóyate en tu familia cercana y amigos. No tienes que asumir la crianza tú sola.
4. Sé amable contigo misma. Vas a cometer muchos errores con tus hijos y eso es absolutamente normal, no te juzgues ni te pongas estándares imposibles de cumplir. No tienes que darle gusto a nadie. Trata de disfrutar a tus hijos y no verlos solamente como una responsabilidad que te hace sentir presionada.
5. Enseña a tus hijos a no depender de ti. Dale a tus hijos la oportunidad de ser responsables, independientes y arreglárselas por ellos mismos. En algún momento fueron un mismo cuerpo, pero ahora son dos personas independientes y para tener una relación sana deben asumirlo.
6. Escucha tus emociones. No ignores tus emociones; si te sientes triste o abrumada, permítete sentirlo. No pierdas contacto contigo misma y, de ser necesario, busca ayuda profesional para mantener tu salud emocional.
7. Practica el autocuidado. Tú cuidas a tus hijos, ¿quién te cuida a ti? Aprende a cuidarte a ti misma: ve al médico, haz deporte, aliméntate bien y no te brinques comidas. Olvidarte de ti misma no te hará una mejor madre, sólo una mujer muy cansada y con mala salud.
También lee: Tips para mamás estresadas