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Neurocientíficos determinan características que hacen a una persona una buena pareja

Mayo 31, 2016

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Uno de los estudios más fascinantes que se han hecho para entender lo que hace que algunas parejas tengan éxito y otras no, es, sin duda, el realizado por el Dr. John Gottman, quien montó lo que ha sido llamado el "Love Lab" en la Universidad de Washington. Gottman llevó a parejas recién casadas a su laboratorio y las conectó a una serie de electródos mientras hablaban sobre su relación. Mientras que describían momentos felices y momentos difíciles, se medían sus ritmos cardiacos, flujos sanguíneos y sudor. Después de esta primera medición, los investigadores le siguieron la pista a las parejas por seis años.

 

De la primera muestra, el equipo de Gottman separó a los grupos en dos: los "maestros" y los "desastres". Los primeros seguían felices y juntos seis años después; los segundos se habían separado o vivían crónicamente insatisfechos. En el caso de los "desastres", los investigadores notaron una pauta interesante: al estar conectados a los electródos, estas personas mostraban señales de alta activación fisiológica, como si estuvieran ante una amenaza: ritmos cardiacos acelerados, flujo sanguíneo intensificado y mucha sudoración (como si conversar con sus parejas fuera estar a lado de un tigre diente-de-sable). Todo esto en contraste con su apariencia externa, supuestamente calmada y agradable. 

 

Para entender mejor las diferencias, Gottman luego llevó a estas parejas a una vacación con fines científicos en la que estudio su interacción en un hotel. Gottman observó que lo caracteriza a una pareja son lo que llama "bids" o peticiones para conectar emocionalmente. Un ejemplo de esto: una pareja ve una hermosa ave y en vez de solamente observarla para sí mismo dice "¡Mira ese bello pájaro en el jardín!", con lo que busca una respuesta de su esposo o esposa. Entonces, la otra persona tiene la opción de responder de una manera que demuestra a su pareja su interés o hacerlo de una forma pasiva que Gottman llama "interna".

 

De manera importante, las parejas que se habían mantenido juntas después de seis años respondían positiva y explícitamente a las peticiones un 87% de las veces, mientras que las parejas divorciadas o crónicamente infelices lo hacían sólo el 33% de las veces. Con sólo observar este tipo de interacciones, Gottman dice poder predecir con una efectividad del 94% si una pareja se mantendrá junta, sin importar si tiene hijos o es rica o pobre. Y la característica número uno que mantiene a una pareja junta es "el interés genuino en las alegrías del otro". Al parecer nada refuerza tanto el sentido de conexión amorosa como sentir que la otra persona comparte tu alegría, las cosas que te hacen feliz.

 

Gottman entiende que las parejas exitosas desarrollan una habilidad de demostrar su amabilidad y generosidad, mientras que las parejas desastrosas suelen ser hostiles, críticas y despreciativas. En general, lo que perturba las relaciones es la mirada neurótica que encuentra errores o que pasa juicios a todo lo que desliga a una pareja. "Hay un hábito mental que los maestros tienen. Se la pasan observando su ambiente social para encontrar cosas que pueden apreciar y agradecer. Están construyendo una cultura del respeto y la apreciación con mucho propósito. Los desastres escanean el ambiente social para encontrar los errores de las parejas".

 

Con información de The Atlantic


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