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Orgasmos del tercer tipo, ¿es posible conseguirlos?

Mayo 12, 2016

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En materia orgásmica no todo está dicho. El cuerpo humano, aunque nos parece tierra conocida y ampliamente explorada, tiene sus secretos y quizás sea un vehículo con potencial de hacernos experimentar el infinito. 

 

Algunos sexólogos y maestros espirituales en épocas recientes han clasificado los orgasmos con distintos niveles, algunas sistemas llegando a tres y otros a cuatro niveles, en esto de alguna manera continuando el trabajo del psicólogo Wilhelm Reich, quien consideraba que la energía orgásmica (le llamaba orgónica) permeaba el universo y era una especie de éter que nos podía transportar a estados de conciencia más elevados o, en su defecto y en su ausencia, reprimirnos y enfermarnos.

 

La Dra. Ava Cadell, fundadora de la Universidad Loveology (sí una cosa así existe, aunque no es muy probable que te acepten en Harvard para hacer la maestría después de matricularte ahí), explica que los orgasmos femeninos se pueden clasificar según el número de los centros de placer que intervienen. Un bigasmo es uno en el que participan, por ejemplo, un pene y una lengua estimulando, o una vagina y un dedo o el perineo y la vulva, o alguna otra combinación. El trigasmo es el resultado de la estimulación (y la explosión) conjunta de tres centros de placer, internos y externos: el clítoris, el punto G y el ano. He ahí un cóctel del tercer tipo, que nada tiene que ver con un "encuentro cercano del tercer tipo", aunque este tipo de sexo podría clasificarse como "extraterrestre".

 

Por otro lado, según una extraña tribu sincrética llamada Chuluaqui-Quodoushka, que combina el tantra, el new age y la tradición nativo americana para crear lo que llaman una "medicina dulce", existen hasta cuatro tipos de orgasmos. El cuarto consta de un estado de fusión cósmica con la pareja que lleva a una fusión con el universo, un estado de samadhi o explosión del kundalini en paralelo. Aquí la cópula se convierte en un fractal del "big bang", la creación del universo es experimentada en la "pequeña muerte" del orgasmo. 

 

Coinciden algunos maestros nuevos y antuguos en que practicar principios del tantra ( como el Cahemira: la unión de la pareja arquetípica Shiva y Parvati en el interior), como la karezza (esa caricia infinita como preámbulo que dilata el placere), los mantras y técnicas de respiración son una forma de cultivar y aderezar la energía orgásmica.

 

Para llevar esto a la práctica más allá de poesía y de espiritualidad, con un poco de ciencia, la vanguardista compañía de juguetes sexuales Anne Summers ha desarrollado un producto llamado Ultimate G que mantiene ser capaz de producir trigasmos, al estimular al mismo tiempo el ano, el clítoris y la vagina. Este producto también se promueve como un facilitador de la eyaculación femenina. Es difícil decir si todo esto es sólo marketing y chapucería-coquetería para vender la noción de un placer más allá de lo convencional. De cualquier forma todo lo anterior permite lubricar la imaginación para llevarla a la experimentación. Después de todo, no hay mucho que perder y el sexo se beneficia de la creatividad y la desinhibición, eso sí, sin albergar demasiadas expectativas. 


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