Muchas personas, independientemente de su edad o sexo (con excepción de las personas asexuales), desean satisfacción sexual en su vida amorosa. La gran pregunta dentro de una relación comprometida es cómo lograrlo.

Debido a que muchos factores juegan un papel en la mejora de la satisfacción sexual, los psicólogos clínicos Julia Velten y Jürgen Margraf investigaron varios factores críticos en este sentido. Ambos encuestaron a 964 parejas heterosexuales alemanas de todos los grupos de edad, con el propósito expreso de "desmitificar la satisfacción sexual y aclarar qué aspectos de una relación sexual contribuyen más a satisfacer la vida sexual dentro de las parejas".

Con este estudio evaluaron la satisfacción y la angustia sexual, el funcionamiento sexual femenino y masculino, la comunicación sexual, la satisfacción con la vida, la frecuencia de la masturbación, la frecuencia de la actividad sexual real y deseada, y una serie de variables sociodemográficas, pues la edad de diferencia entre las parejas también influyó bastante.

Satisfacción sexual contra angustia sexual

En una escala de 0 a 100, los participantes calificaron el grado en que estaban satisfechos con su vida sexual y cuánto les angustiaban los problemas sexuales del día a día.

En general, la satisfacción sexual fue mayor en las mujeres que en los hombres y en los participantes más jóvenes que en los mayores, quizás porque las mujeres y los individuos más jóvenes también informaron los niveles más altos de comunicación sexual con su pareja.

A diferencia de las mujeres, los hombres informaron una mayor angustia cuando experimentaron problemas sexuales; esto fue especialmente visto en los hombres mayores.

Frecuencia de sexo

Las frecuencias de las actividades sexuales en pareja y las masturbaciones se evaluaron en una escala de "nunca", "menos de una vez al mes", "una a tres veces al mes", "una a dos veces por semana", "tres a cuatro veces por semana" y "cinco veces a la semana y más".

Las mujeres en promedio tendían a iniciar las relaciones sexuales con menos frecuencia y deseaban menos relaciones sexuales que los hombres. Como resultado, los hombres tenían menos sexo de lo que deseaban, mientras que la satisfacción sexual de los hombres fue mayor cuando la actividad sexual fue iniciada igualmente por ambos.

Si había grandes diferencias entre el nivel de sexo deseado y lo que realmente ocurrió, la satisfacción sexual se vio afectada negativamente. Por lo tanto, debido a que esta diferencia fue mayor en los hombres (tenían menos relaciones sexuales con su pareja de las que deseaban), su satisfacción sexual se vio afectada.

A las mujeres parece importarles menos quién inicia el sexo y, por lo tanto, cuando lo hace, su pareja puede sentir un mayor sentido de deseabilidad. Para ella, "la frecuencia total del sexo en pareja, que incluye sus iniciaciones sexuales así como sus respuestas positivas a sus iniciativas, es el predictor más importante de su satisfacción sexual". 

Funcionamiento sexual

Los participantes hablaron acerca de su funcionamiento sexual en una escala de 0 a 5, lo que arrojó que el funcionamiento sexual fue mucho más alto en las personas jóvenes que en las mayores. Los hombres tenían más probabilidades que las mujeres de sufrir angustia sexual debido a la falta de excitación sexual de su pareja.

Tanto para mujeres como para hombres con problemas sexuales, el nivel de satisfacción sexual fue independiente del funcionamiento sexual de su pareja. Es decir, estaban más molestos con su propio funcionamiento sexual que con el funcionamiento sexual de su pareja.

Comunicación sexual

Aunque el sexo en parejas heterosexuales a veces puede ser problemático y algo que influye demasiado en un divorcio, la comunicación sexual es importante desde el inicio de una relación. Hablar abiertamente sobre deseos y preferencias sexuales, pero también sobre cuestiones o problemas, puede ser especialmente relevante para aumentar la calidad de las interacciones sexuales dentro de una pareja.

Cuando un hombre o una mujer experimentan una respuesta negativa cuando se inicia el sexo, se pueden generar inseguridades si no es algo que se habla abiertamente. Nadie necesita sentirse rechazado por su pareja, así que si algo no te parece o gusta, es mejor comunicar tus sentimientos y razones. 

Otro estudio alemán encontró que entre las parejas heterosexuales jóvenes y de mediana edad era normal que la satisfacción sexual disminuyera constantemente después del primer año, lo que no se debió principalmente a una disminución en la frecuencia de las relaciones sexuales.

La calidad de la comunicación íntima representa gran parte de los cambios simultáneos en la satisfacción de la relación y la satisfacción sexual, lo que lleva a identificar que uno de los mayores problemas dentro de las relaciones sexuales (no sólo en pareja) es la poca comunicación.

¿Qué hacer al respecto?

Si tu problema va más allá de un problema físico como la disfunción eréctil, y simplemente sientes que aquella chispa se terminó, lo mejor es replantear las relaciones sexuales. Quizás incluir algunos juegos, juguetes y experiencias nuevas que reaviven la llama. 

También puedes buscar ayuda de un profesional que brinde terapia en pareja, para que puedan hablar acerca de las cosas que no les parecen adecuadas en la relación y trabajar en ello. Una relación, y más una que lleva muchos años, necesita mantenimiento de vez en cuando, así que pedir ayuda no hará daño en ningún aspecto; al contrario, podrían fortalecer los lazos que los unieron en un principio.  

Con información de Psychology Today

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