Para cuidar el planeta y revertir el daño medioambiental se puede reducir el consumo de plástico, cuidar el agua e incluso dejar de comer carne, pero ¿qué hay sobre la ropa que usas? Hay un dicho que dice que la mejor ropa sostenible es la que ya tienes, y es cierto, pues lo que la industria de la moda quiere es que consumas, aunque tengas ropa en excelentes condiciones. 

La industria de la fast fashion cambió el panorama de los consumidores, aunque impactó de manera negativa al planeta; la buena noticia es que no es tarde y puedes cambiar tu consumo a compras sostenibles también al comprar moda. Hay marcas comprometidas con el comercio justo, la producción local o incluso de segunda mano como parte de una estrategia para comenzar a construir un guardarropa amigable con el planeta. 

Colectivamente, hoy se compra más ropa que hace 15 años, pues hay etiquetas de precios más baratos (que no reflejan el costo real de los recursos y la mano de obra para su fabricación). Según algunos informes, se vendieron 114 mil millones de prensas de vestir en todo el mundo durante 2019, es decir, unas 15 prendas nuevas para cada persona en el planeta, y la mayor parte terminará en tiraderos de basura.

Es momento de echarte un clavado entre tu ropa para reducir, reusar y reciclar. ¿No sabes por dónde empezar? Aquí cuatro consideraciones para cuidar el planeta desde tu guardarropa.

1. Calidad

Primer paso: reducir. Piensa que no es necesario reemplazar continuamente la ropa que está (literalmente) gastada. En este punto la calidad de la prenda, su material y producción son muy importantes. Debes aprender a revisar las etiquetas, pues el contenido de la tela es crucial, así que echa un vistazo: los materiales naturales como la lana merino, el algodón y el lino son duraderos y resistentes, pero también puedes revisar la composición de las prendas que más te han durado para tener una idea de cuáles resisten tu estilo de vida, hábitos de lavado y frecuencia de uso. 

Al elegir una prenda, pregúntate: 

• ¿Cuánto durará la prenda?
• Si la estiro, ¿vuelve a su forma original? 
• ¿Las costuras se sienten fuertes?
• ¿La pieza perderá fácilmente su forma o atractivo?
• ¿Podría repararla para extender su uso?

2. Cuidados

Cada vez que lavas una prenda sintética (como la ropa de gimnasio que se ensucia con frecuencia) se liberan microfibras en el agua, lo que afecta los océanos, la vida silvestre y también tu salud. La contaminación microplástica es un problema, pero puedes ayudar a reducir el impacto ambiental al elegir prendas hechas con materiales naturales.

Las mezclas de telas sintéticas suelen deformarse, no así una 100% natural. La lana merino, por ejemplo, es renovable y biodegradable tanto en ambientes terrestres como marinos, no se arruga tan fácil, no guarda malos olores y es transpirable. Es excelente para absorber la humedad del cuerpo que se evapora fácilmente; un material estacionalmente versátil y ecológico. Eso es ganar-ganar.

Al elegir una prenda, pregúntate:

• ¿Cuántas veces puedo usar el artículo antes de lavarlo?
• ¿Puedo elegir una alternativa que necesite menos lavado?
• ¿Necesitará limpieza en seco? 
• ¿Huele tan bien como nuevo o conserva su aspecto después de lavarlo?

3. Circularidad

La circularidad es un enfoque de diseño que alarga la vida útil de un producto, es decir, lo que antes era un desperdicio puede ser un recurso para hacer algo nuevo. Algunos materiales, como la lana merino, están hechos para esto. 

La lana es la fibra más reutilizada y reciclada de todas las fibras de ropa comunes; a menudo se obtiene una segunda, tercera o cuarta vida gracias a su durabilidad como prenda. La lana también se puede reutilizar en el aislamiento de automóviles, colchones y otros artículos. Y cuando llega a su fin, la tela, como fibra natural y biodegradable, puede descomponerse en cuestión de años.

Al elegir una prenda, pregúntate:

• ¿Se puede reciclar o reutilizar el material de alguna manera?
• ¿Podría donar o revender la pieza?
• ¿Esta marca tiene un programa de devolución?

4. Empresa

Cada vez son más las marcas que cambian su forma de operar para ser más amables con el planeta. Apoyar a las que lo hacen es votar por más prácticas con mentalidad planetaria en la industria.

Al elegir una prenda, pregúntate:

• ¿Qué telas y fibras usan?
• ¿Cómo manejan su embalaje y envío?
• ¿Cómo tratan a sus empleados?
• ¿Cómo abordan los desechos que producen? ¿se esfuerzan por reducirlos?

Al igual que el resto de tus elecciones, recuerda que las mejores prácticas de compras sostenibles son las que continúan con el tiempo. Llámalo como quieras: moda lenta, moda consciente, moda ética, es sólo una forma de consumir ropa de una manera más atenta y consciente. Así como observas los ingredientes de un alimento antes de comprarlo y comerlo, haz lo mismo con tu ropa.

Con información de mindbodygreen