La oxitocina es conocida como la hormona del amor, fundamentalmente porque se libera durante el parto y en la eyección de la leche materna. Es, de alguna manera, la sustanca química del amor maternal. En el cerebro genera sensaciones de confianza y generosidad. Aunque se tiene noción de que se produce también durante el sexo, un reciente estudio sugiere que podría tener que ver en la atracción o con lo que hace que un hombre quiera pasar tiempo con una mujer.

Investigadores de Harvard estudiaron a una serie de ratones que fueron expuestos a las feromonas de hembras y notaron que esto incrementa la producción de oxitocina en su amígdala. Cuando los ratones eran expuestos a feromonas masculinas, ello no ocurrió. Luego los investigadores "apagaron y prendieron" los genes encargados de producir oxitocina en los ratones y notaron que cuando se apagaban las señales de la oxitocina, el interés de los ratones por acercarse a las hembras dejó de manifestarse. 

Estos son estudios preliminares y necesitan realizarse en seres humanos, pero tal vez sea posible extrapolar y sugerir que la oxitocina es importante en la formación de relaciones entre hombres y mujeres, responsable de la atracción o de la sensación de confianza y relajación entre los sexos. Algo que, por cierto, ha llevado a que se experimente tomando oxitocina para mejorar las interacciones entre posibles parejas.

Los investigadores señalan que la oxitocina es fundamentalmente una molécula involucrada en procesar señales sociales y un modulador que permite apagar ciertos estímulos y poner atención a otros.