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10 tips para manejar los sentimientos de impotencia

Marzo 03, 2016

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Menos de 7 minutos de lectura

Uno de los retos más difíciles que debemos enfrentar en nuestro desarrollo espiritual y en nuestro tránsito por esta vidaen general, es qué hacer con nuestros sentimientos de impotencia. Hay un momento en el camino de todos en que las cosas o no salen como las imaginamos o salen terriblemente mal. La incertidumbre que estos “fracasos” provocan puede disparar sentimientos de ansiedad y miedo.

 

 Usualmente lo que hacemos frente a estas emociones incómodas es evadirlas, ya sea con diversión o trabajo, pero generalmente nos mantenemos lo suficientemente entretenidos u ocupados como para evitar experimentar la ansiedad y el miedo. Sin embargo, con frecuencia nuestras las presiones internas no nos dejan evadirlas eternamente y reclaman atención a través de sentimientos terribles que no pueden ser ignorados. Los cuales nos obligan a detenernos. Cuando los sentimientos rezagados afloran podemos experimentar sensaciones muy intensas. Estos 10 consejos te pueden ayudar con los sentimientos de impotencia, ansiedad y temor. 

 

1. Recuerda que esto pasará, todo pasará, incluso la ansiedad y el miedo. 

Cuando estamos experimentando emociones aflictivas como estas nuestra percepción se cierra y todo lo que podemos ver, todo lo que existe para nosotros está coloreado por esas sensaciones de ira, miedo y ansiedad.  Lo cual es un viaje malísimo, pero que en medio de la crisis parece sumamente real. De hecho con frecuencia nos parece que es todo lo que existe, pero no es verdad. Es sólo un momento. Ahora, respira. 

 

2.  No necesitas resolverlo todo. Sólo necesitas convivir un poco con estos sentimientos. 

Al igual que el dolor físico, el sufrimiento emocional nos hace desear que termine, que se acabe, que cambie, que pase lo que tenga que pasar pero que este terrible peso se retire de nuestras mentes y cuerpos. Es cierto que todo cambia y estas emociones también lo harán, pero mientras eso sucede, necesitas convivir con ellos un poquito. No hagas nada. En especial, no pelees con ellos porque revivirlos sólo prolongará las condiciones de tu sufrimiento. 

 

3. Recuerda que esto sólo se resolverá dentro de ti, no fuera de ti. 

Cuando algo no va bien frecuentemente nuestra primera opción es pensar en “salir al mundo” y “hacer algo” con respecto ello. Sin embargo en este caso, la crisis sólo se resolverá si vas a la raíz del conflicto dentro de ti, no afuera. Así que siéntate por 5 minutos contigo y deja de correr.

 

4.  Mientras experimentas la oscuridad recuerda que esto es parte de un aprendizaje emocional. 

Todas las travesías tienen sus partes difíciles. Así que mientras pasas por esta noche oscura y a pesar de que no puedas ver la luz, sabe que existe. Confía en que llegará y en que esta difícil prueba que experimentas tiene sentido. Después de todo para los guerreros espirituales es fundamental encarnar seguridad y confianza frente los desafíos. 

 

5. No hagas nada hasta que no tengas claro cuál es el siguiente paso para ti. 

Lo de dejar de estar ocupado es en serio. Cuando queremos cambiar un hábito, conducta o situación en nuestra vida creemos que el paso a dar es efectivamente hacer algo. Cuando en realidad el paso número uno es dejar de hacer lo que estamos haciendo que está causando el problema. Esto crea el suficiente espacio para que nuevos hábitos, ideas y condiciones se formen. Así queen serio: detente. 

 

6. No te culpes o castigues por esta “debilidad”. 

Lamentablemente la sociedad contemporánea tiene una serie de ideas conflictivas sobre lo que son la fuerza y la debilidad en las personas. Todos los seres humanos debemos de desarrollarnos a nivel personal, tarde o temprano, los retos de nuestra vida nos ayudan a lograrlo y en el camino hay momentos en que nos experimentamos vulnerabilidad y fragilidad. Esto también es una parte importante de la experiencia humana, a pesar de que no sea la más deseable o agradable. No te culpes, ni te castigues. Algo que puede ayudarte con este punto específico es realizar un pequeño ritual simbólico con respecto a tu conflicto. Escribir o dibujar algo al respecto y quemarlo, cortarlo, enterrarlo o crear algún rito o gesto para liberarlo son excelentes opciones. Sólo recuerda que es crucial realizar estos actos simbólicos con amor, dejando ir la situación. Siéntante unos momentos en calma antes de realizarlo y deja que la ira y el odio se disipen un poco.  Luego, concentra tu intención con tus mejores intenciones y sentimientos. 

 

7.  Atiende tu cuerpo. 

Nuestro cuerpo también guarda sensaciones y emociones. Por ejemplo cuando sufres de ansiedad o ataques de pánico hay cambios postura importante que influyen la manera en la que percibes tu cuerpo. El pecho se cierra y la respiración pierde profundidad y fluidez. A veces incluso dejas de respirar, conteniendo el aire. La garganta y la mandíbula también se tensan. De tal manera que experimentar una sensación de asfixia cuando pasamos por estas aflicciones tiene mucho sentido.  Si después de la crisis no relajas los músculos y huesos involucrados  no podrás “re iniciar” tu sistema nervioso para lograr la calma que tanto ansías en los momentos difíciles. Recuerda que eres un todo, atender tu mente, cuerpo y emociones de igual manera es fundamental. 

 

8. Revisa tus creencias con respecto al cambio.

El cambio la única constante en la existencia humana. De tal manera que habrá múltiples momentos de transición en nuestra vida, pero la esencia de la transición es que es temporal.  Nuestras emociones, pensamientos e incluso nuestro cuerpo se transforman constantemente. Pensar en el caos de estos momentos como una suerte de sopa primordial a partir de la cual se gesta una nueva creación puede ayudarnos a dimensional nuestra experiencia. Pues dentro de este esquema el caos es necesario para el florecimiento. En palabras de Chögyam Trungpa.

El caos debe ser considerado como una buena nueva”. 

 

9. Escribe como te sientes. 

No es que se lo vayas a leer, enseñar o enviar a alguien, pero escribir tus sentimientos tiene dos ventajas. La primera es que  hacer el esfuerzo de verbalizar tus emociones te puede ayudar a comprender qué te está pasando. La segunda es que mantener un registro de tus sentires te muestra sus fluctuaciones, el como hay días que sientes que puedes conquistar el mundo y otros en que pruebas el amargo sabor de la derrota y cómo a pesar de todo la vida continúa y siempre habrá algún día feliz en el horizonte. 

 

10. Recuerda que está bien pedir ayuda.

Acércate a un ser querido en quien puedas confiar y déjate apoyar. Deja a un lado el pudor, la culpa o los reproches por tu “debilidad” (recuerda el punto número 6) y háblale con sincerad a esa persona.  Apoyarte en la comunidad es un acto de inteligencia emocional 

 

La geografía de nuestras vidas incluye todo tipo de cumbres, valles, mesetas y acantilados. Todos son partes importantes de nuestro viaje y si aceptamos que todos los terrenos y experiencias tiene utilidad y validez encontraremos que nuestras experiencias tienen un propósito. Apoyarnos en ese sentimiento puede fortalecernos mientras pasamos por los retos.  

 

Fuente: Elephant Journal

 


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