Cuando duermes tu cuerpo entra en un estado de relajación absoluta, tu ritmo cardiaco es pausado, tu respiración es tranquila y tu mente está concentrada en lo que está ocurriendo en tus sueños. Si brincas de la cama apenas suena el despertador y comienzas a correr, no te sorprendas de que a media mañana te sientas fatigado y harto del día. Dale tiempo a tu mente para salir del sueño con estos tips:
- Anota tus sueños. ¿Te ha pasado que durante el día te sientes molesto o triste y no sabes por qué? La respuesta puede estar en lo que soñaste esa noche. Préstale atención.
- Organiza tu día. Haz un repaso de tus pendientes y asígnales un horario; empieza el día con un panorama de cómo quieres que sea.
- Agradece. Haz una lista de todas las cosas buenas que hay en tu vida, por las que vale la pena dar las gracias. Te levantarás feliz.
- Respira. Siéntate en la cama y realiza por lo menos 10 inhalaciones profundas mientras levantas los brazos y estiras la espalda.
- Aleja tus preocupaciones. ¿Te inquieta algo que definitivamente no puedes resolver hoy? Déjalo fuera de tu día entonces. Enfócate en lo que está en tus manos este día.
- ¿Ya sabes qué te vas a poner? Tómate unos minutos para planearlo antes de levantarte. Te ahorrarás mucho tiempo confundido frente al clóset.
- Bebe agua. Procura siempre tener agua en tu mesa de noche y toma por lo menos un vaso apenas te despiertes.
- No revises tu celular. Muchas personas revisan su celular apenas despiertan; evítalo lo más posible. Toma unos minutos para ti antes de estar disponible para todo el mundo.
- Planifica tu desayuno. Si al despertar planeas qué desayunarás, como un plato de frutas con yoghurt con probióticos (aquí hay más opciones), ahorrarás tiempo más tarde.
- Sonríe. Si has seguido todos nuestros consejos, no te quedará más que salir de la cama con una sonrisa.