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Medita mientras disfrutas de lo que más amas: ¡el chocolate!

Septiembre 20, 2019

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Pasos para realizar una meditación con chocolate

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  • Beneficios de esta práctica de atención plena

Meditar es algo muy recomendable para encontrar el equilibrio, relajarte, liberar el estrés, aliviar la ansiedad, serenar tu mente, conocerte y comprenderte mejor. Sin embargo, no a todas las personas se les facilita enfocar su mente y apartar sus pensamientos.

 

Si ese es tu caso, si sientes que la meditación no es tanto para ti y si además amas el chocolate, ¿qué te parecería probar una meditación acompañada de tu chocolate favorito? 

 

En su nuevo libro, Mindfulness for Chocolate Lovers, la terapeuta Diane R. Gehart propone meditar al enfocarse en los momentos dulces de la vida, como cuando disfrutas tu golosina favorita. 

 

Para realizar esta meditación, lo que necesitas es conseguir una barra de tu chocolate preferido, y si es oscuro y libre de azúcar, mucho mejor.  

 

Colócate en un lugar donde no haya interrupciones y siéntate en una posición cómoda. Toma tu chocolate envuelto y obsérvalo con atención, como si nunca antes lo hubieras visto. Pon atención en lo siguiente:

  • Colores: Pon atención en los distintos tonos de color y cómo pueden cambiar cuando la luz se refleja en la envoltura.
  • Forma y peso: Observa su forma y contornos. Intenta ver las letras de la envoltura sin verlas como letras, sino sólo como formas. Si hay una imagen, nota cómo se combinan los colores y las formas. Tómalo y siente su peso, y si es igual o diferente en cada mano.
  • Olor: Acércalo a tu nariz y ve si notas su olor, sin abrirlo todavía.

 

Ahora, desenvuélvelo y escucha el sonido que emite mientras lo haces. Luego, pon atención a lo siguiente:

  • Colores: Observa el color de la barra de chocolate, nota si hay variantes en su tonalidad y, si tiene algún relieve, mira cómo cambia su sombra según el ángulo de la luz.
  • Forma y peso: Fíjate en la forma y los contornos del chocolate.
  • Olor: Acércalo a tu nariz y disfruta de su exquisito aroma. Identifica las sensaciones que esto te produce.
  • Textura: Siente su textura. ¿Es duro, suave, liso, tiene algún patrón o algo escrito? Si comienza a derretirse, observa esa textura e identifica tu reacción emocional ante eso, sin limpiarte los dedos.

 

Luego, acércalo a tu boca, pero no lo muerdas todavía. Observa tus reacciones:

  • Reacción corporal: ¿Cómo reacciona tu cuerpo ante la cercanía del chocolate a tu boca?. ¿Notas algún cambio? ¿Empiezas a salivar? Observa si alguna otra parte de tu cuerpo anticipa la mordida que estás a punto de dar.
  • Reacción mental: Nota los pensamientos que pasan por tu cabeza. ¿Estás emocionado, frustrado, enojado, vacilante? Intenta observar pensamientos y sentimientos; trata de imaginar cómo éstos se mueven en tu mente, como las nubes en el cielo.

 

Enseguida, dale un pequeño mordisco y deja que se derrita en tu lengua. Recorre el trozo de chocolate lentamente con tu lengua y hazlo rodar por tu boca para que su sabor se impregne en todo su interior. Ahora concéntrate en lo siguiente:

  • Sabor: ¿A qué sabe? ¿El sabor es distinto en diferentes partes de la lengua? ¿Es dulce, salado, amargo, agrio, afrutado, hay algún otro sabor además del de chocolate? Evita juzgar el sabor como bueno o malo, preferido o no preferido, o mejor o peor que una experiencia previa, simplemente siéntelo y sé consciente de esa sensación de sabor que tienes en el momento presente.
  • Sensaciones: Toma un momento para experimentar las texturas y la sensación que te produce tener el chocolate en la boca. Enrolla el chocolate un poco más con tu lengua y observa lo que sientes y si esto es diferente a las sensaciones previas.
  • Masticar: Si aún no lo has hecho, comienza a masticar lentamente y observa cómo la textura o el sabor pueden cambiar a medida que lo haces. Come un poco más de chocolate y hazlo conscientemente; muérdelo lentamente y experimenta su aroma, textura y sabor. 

 

Cuando termines, sólo siéntate en silencio por un momento para reflexionar sobre tu experiencia de comer ese postre que tanto te gusta.

 

Beneficios del mindfulness con chocolate

Esta pequeña práctica de atención plena te ayudará a conectar más con el momento presente, y no necesariamente tienes que hacerla con un chocolate, pues puede ser con cualquier cosa que disfrutes comer o hacer.

 

El punto está en que hagas cada paso conscientemente y enseñes a tu mente y a todos tus sentidos a enfocarse en el aquí y ahora. Esto te ayudará a enfocar tu mente si la meditación no es tu fuerte.

 

Además, así aprenderás a disfrutar más de todas las cosas, no sólo de lo que puedes comer sino de cada momento y cada experiencia, por sencilla que sea

 

Lao Tse, un antiguo pensador taoísta que vivió hace más de 3 mil años, enseñó que no es necesario viajar a lugares lejanos o practicar rituales especiales para encontrar alegría y paz, porque éstas siempre están aquí en el momento presente

 

En este sentido, muchas personas encuentran que la meditación del chocolate subraya conmovedoramente la verdad en la sabiduría taoísta: cuando disminuyes la velocidad hasta el momento presente, surge una sensación natural de tranquilidad y paz. La tentadora emoción y los dramas relacionados del mundo exterior nublan el estado inherente de bienestar que surge cuando callamos la charla interna.

 

Esta meditación te invita a enfocar tu atención de manera diferente a lo que normalmente haces, y al hacerlo, encuentras que la esencia de lo que finalmente buscas está aquí, justo frente a ti. Entonces te das cuenta de que la felicidad no necesariamente está en las grandes y complicadas cosas, sino en los detalles más simples. 

 

Con información de mindbodygreen


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