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El poderoso mantra de Tara Verde, la madre de los budas

Noviembre 24, 2016

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Tara es la deidad femenina más popular en el panteón tibetano, y la práctica de su invocación y adoración es frecuente también en otros países asiáticos; su origen parece remontarse a la India, donde se mezcla con otras diosas madres como Durga.

 

El nombre Tara (se pronuncia taaraa, ya que en sánscrito tiene dos vocales largas Tārā) tiene un campo semántico muy amplio. Por una parte la palabra "tara" significa estrella y también la pupila del ojo; por otro lado proviene de la raíz verbal para cruzar o nadar. De aquí que se diga que Tara es quien ayuda a cruzar las aguas de la ilusión, del sufrimiento o del samsara hacia la orilla de la liberación; y, como una estrella, orienta en la navegación espiritual. Asimismo está ligada con Venus, tanto como diosa madre como en su aspecto de lucero de la tarde. Se manifiesta como 21 diferentes Taras, entre ellas las más populares son Tara Verde, Tara Roja y Tara Blanca (todas ellas deidades tántricas de la prácticas del vajrayana en las que el practicante se visualiza como Tara y va construyendo un cuerpo imaginal de luz). Se le asocia con Prajnaparamita, la Perfección de la Sabiduría en el budismo mahayana, la cual en ocasiones es personificada como una deidad femenina y la cual da nombre a una serie de Sutras (textos revelados por el Buda) que habrían sido descubiertos por Nagarjuna.

 

Arya Tara (la venerable Tara) es enormemente querida entre los budistas, pues presenta una especie de revolución feminista y un tanto ecuménica en el seno del budismo. Según una leyenda Tara era la princesa Yeshe Dawa (jnana chandra en sánscrito; Princesa Luna Sabiduría) en un sistema antiguo donde residía el Buda del Sonido del Tambor; alcanzó ahí el estado de bodhisattva en el que podía elegir cómo reencarnar y eligió reencarnar siempre como mujer (algo que constituye una rareza, si bien los budas no son hombres ni mujeres, su género y forma es sólo método para enseñar). Así Tara por eones ha tomado la forma femenina para ayudar e inspirar a los individuos que viven la ignorancia del samsara a que encuentren el camino a la iluminación. 

 

Otra historia señala que Tara Verde es la emanación de Avalokiteshavara, el Buda de la Compasión. Cuando Avalokiteshvara se encontraba en una alta montaña, se asomó hacia los océanos del samsara y observó el incesante tormento de los seres. De su más pura compasión se derramaron dos lagrimas. De su ojo derecho cayó una lagrima que fue Bhrikuti, quien fue luego reabsorbido por Avalokiteshvara y más tarde reencarnaría como la princesa Tritsun. De su ojo izquierdo cayo otra lagrima, la cual se convirtió en Tara, quien al nacer hizo un llamado a todos los practicantes del Dharma y se ofreció a inteceder por su sufrimiento, como una fiel compañera de todos los que toman el camino del bodhisattva.

Este es el mantra que ase asocia con Tara Verde:

 

Oṃ Tāre Tuttāre Ture Soha (la última palabra suele ser pronunciada Svāhā por los tibetanos; la v tiene un sonido suave cercano a la u).

 

El mantra es una especie de llamado a Tara para que interceda, destruya los obstáculos y agilice nuestra iluminación. Se utilizan variaciones del nombre "Tara" como devotas peticiones para provocar su dulzura compasiva. "Om" representa el sonido cósmico primordial, el estado de iluminación esencial de todas las cosas; Tāre representa la liberación del sufrimiento mundano; Tuttāre representa la liberación espiritual inidvidual; Ture representa la liberación espiritual universal y el Soha es una afirmación, similar a "que así sea", y significa la idea de que la iluminación se arraige en mí.

Tara Verde es especialmente reconocida por remover los obstáculos. Se le representa en una postura en la que está lista para actuar, temeraria, sentada en el estado meditativo pero con una pierna fuera de su trono, mostrando su decisiva dinámica. Es por ello que se dice que su principal cualidad "es una extraordinaria resolución compasiva para beneficiar a los seres sensibles removiendo las causas que los llevan al miedo o a al ansiedad".

 

Tara Verde tiene la característica de liberar de los ocho obstáculos u oscurecimientos que tienen su contraparte de protección material sobre ciertos peligros: orgullo (representado con un león), ignorancia (elefantes salvajes), odio o enojo (fuego), envidia (serpientes), visión incorrecta (ladrones), avaricia (esclavitud), deseo y apego (inundaciones) y dudas delusorias (espíritus malignos o demonios). Se dice que es tuttare el término que protege de estos ocho daños externos e internos.

 

Se dice que su mantra es especialmente efectivo cuando se utiliza visualizando a otra persona, es decir, imaginando que Tara acude a beneficiar a otra persona que sufre dificultades. Podemos entonces recurrir a Tara como una grácil y expedita emisaria de nuestros deseos bondadosos y compasivos hacia los demás. 


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