Los cambios climáticos tan bruscos como los de esta época decembrina pueden causar estragos en tu salud. Por ello, antes que nada, necesitas protegerte con una alimentación adecuada, rica en nutrientes y variada. Asimismo, puedes optar por los aceites esenciales como ese plus que te ayudará a sentirte mejor.
Los aceites esenciales han sido usados con fines médicos desde épocas antiguas; se dice que fue en Egipto donde comenzaron a utilizarlos. También Hipócrates, en la antigua Grecia, los usaba por sus propiedades curativas.
Este aceite es uno de los más populares, ya que tiene propiedades antinflamatorias, antibacteriales e incluso ayuda a combatir la depresión. Puede ser tu mejor aliado si tienes congestión nasal. De la misma manera, tiene efectos humectantes, por aquello de la resequedad de la piel en temporadas de frío.
Cuenta con propiedades que mejoran tu sistema inmunológico, es antiviral, antifúngico, antibacterial y antinflamatorio.
Si tuvieras que elegir un solo aceite para el invierno, tendría que ser el de orégano, pues todas estas propiedades lo convierten en tu mejor aliado para prevenir cualquier enfermedad relacionada con el frío y aliviar sus síntomas. Además, puede ser de gran ayuda si tienes ansiedad o problemas de insomnio.
Es un poderoso astringente, además de que te dará un golpe de energía y te sentirás con mucho mejor humor. Puedes utilizarlo si ya estás enfermo o si quieres prevenir alguna enfermedad respiratoria.
Por otro lado, puedes también usarlo para limpiar las superficies de tu casa, ya que matará cualquier tipo de bacteria que pueda enfermarte.
Además de ser un aceite perfecto para mejorar tu estado de ánimo, también es buenísimo para tu sistema inmunológico. Si tienes dolor de cabeza causado por la gripe o la congestión nasal, este aceite esencial te ayudará a aliviarlo.
Es un aceite que tiene propiedades purificadoras y que mejorarán tu sistema inmunológico. Recuerda que todo esto se potencia cuando sigues una dieta balanceada y te lavas las manos constantemente para evitar cualquier contagio.