La angustia, el miedo y la ansiedad que aún puedes estar experimentando con respecto al sismo, podrían ser detonados por hábitos cotidianos que nos parecen inofensivos. ¿Haces alguna de estas cosas?
1. Evitar hablar del tema
Si aún no has hablado de tu experiencia con algún amigo o familiar, o incluso con un terapeuta, esa represión de tus emociones podría estarte afectando. Habla de lo que sientes o, si no te sientes listo, escríbelo. Lo importante es comunicarlo, aunque sea en un papel.
2. Hablas demasiado del tema
Has visto todas las fotos, todo los videos y todos los reportajes al respecto. Desde hace meses tus conversaciones se centran en el sismo y sus efectos y la gente a tu alrededor ha comenzado a notarlo. Sabemos que quizá es una forma de procesarlo, pero podría estarte haciendo más bien que mal. Busca otra cosa que te interese y concéntrate en ella por un rato cada día.
3. No has vuelto a tu rutina diaria
Tu rutina se vio interrumpida por el sismo, pero no has podido recuperarla. Esto podría estarte afectando a nivel inconsciente más de lo que te imaginas. Intenta volver a tus actividades cotidianas poco a poco, te sentirás mucho más tranquilo.
4. No tienes tiempo para ti
Si, por el contrario, todo en tu vida es trabajo y responsabilidades, tu mente comenzará a cansarse y podrías experimentar lo que se conoce como síndrome de burnout o síndrome del trabajador cansado, que se caracteriza por una sensación de apatía, ansiedad y miedo.
5. No tienes certidumbre sobre tu hogar o plan de emergencia
Si aún no tienes la certeza de que el lugar en el que vives es seguro o no has desarrollado un plan de emergencia en caso de sismo u otra contigencia, es muy probable que eso te esté haciendo sentir ansioso. Haz revisar tu hogar y realiza un plan con tus seres queridos, verás cómo muchas cosas en tu mente toman su lugar.
También lee: Mantras para repetir durante un episodio de ansiedad