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No-reactividad: un estado de nirvana accesible a todos

Mayo 29, 2016

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A veces los logros de grandes maestros espirituales como el Buda se nos antojan lejanos y difíciles de aplicar en nuestras vidas. Si bien el Buda, según manifiesta la tradición, logró su despertar no sólo a través de la más enérgica determinación y sólo después de haber realizado extenuantes prácticas ascéticas (e incluso si suscribimos a la teoría de la reencarnación por miles y miles de vidas), también es cierto que Gautama Buda no era más que un hombre y su doctrina no es más que la revelación interna de la realidad de la mente humana (no de una divinidad) por lo que su experiencia (y en esto consiste su gran innovación) está disponible a todos los seres humanos.

 

En este esfuerzo de hacer accesible y tangible el budismo y sus experiencias "pico" (por así decirlo), el maestro y traductor de textos budistas Stephen Bachelor ha reformulado los principios del budismo para una sociedad secular. La interpretación de Bachelor puede ser discutible desde el interior de la tradición, particularemente desde el budismo tántrico tibetano, el cual tiene una sofisticada concepción ritual y metafísica de las enseñanzas del Buda, sin embargo, para el occidental promedio el trabajo de Bachelor puede cumplir una función de acercarlo a un núcleo práctico de las enseñanzas que no entran en conflicto con sus propias creencias o falta de.

 

En su libro "After Buddhism", Bachelor argumenta que las Cuatro Nobles Verdades, el fundamento de las enseñanzas budistas, son mejor entendidas como Cuatro Nobles Tareas. "Buda no intenta dar confort, sino los recursos para eliminar el sufrimiento, partiendo del conocimiento irrevocable de que nacimos, envejeceremos, enfermaremos y moriremos", explica Bachelor. Estas son sus cuatro nobles tareas, las cuales son el sello de la iluminación del Buda, lacual es descrita justamente como habiendo reconocido y realizado estas tareas. 

 

1. Aceptar el sufrimiento del mundo 

 

2. Dejar ir la reactividad intrínseca

 

3. Mantener el espacio no-reactivo que es inminente en cada momento, o sea, el nirvana

 

4. Desde ese espacio no-reactivo responder al mundo en formas no determinadas por nuestro miedo, ambición, odio y egoísmo

 

El lector puede consultar una versión de las 4 nobles verdades más afincada en un budismo oriental religioso. Lo que me interesa rescatar de lo anterior es la definición de Bachelor de la cesasión del sufrimiento como un estado de no reactividad que es igual al nirvana. Más allá que esto sea un reduccionismo del nirvana, que quizás no le hace justicia al sublime entendimiento de la tradición budista del estado de extinción o estado incondicionado, el cual en muchas interpretaciones tiene tintes metafísicos, de una existencia inmortal más allá de todo lo que podemos concebir, es también una forma de convertir la enseñanza del Buda en una herramienta sumamente práctica, accesible y quizás más actual para nuestra sociedad. (A fin de cuentas el Buda enseñaba según el contexto y para cada quien, lo importante no era el dogma). No-reactividad es lo que se desprende de la sabiduría de que el mundo es sufrimiento --porque es impermanente y entonces no hay beneficio en reaccionar (incluso la pena más grande no tardará en desaparecer en el polvo del universo). Un sinónimo de esta no-reactividad podría ser ecuanimidad. 

 

Encontramos esta no-reactividad --que también podemos llamar no aferrarse, no adherirse o no apegarse a las cosas, fenómenos o conceptos-- en todas las corrientes del budismo, incluyendo la más cargadas de religiosidad y ritualidad con fines metafísicos. Por ejemplo, Thinley Norbu, un gran maestro del budismo Nyingma, afincado en prácticas de la Gran Perfección (Dzogchen). "La única diferencia entre el samsara y la iluminación es el apego. Incluso si estamos haciendo cosas mundanas, si reconocemos que todos los fenómenos son la apertura libre y desapegada de la conciencia, entonces todo es liberado.... Cuando dejamos de aferrarnos a conceptos, la iluminación completa y sin obstrucciones se manifiesta. Así que en vez de aferrarnos a las cosas, debemos de liberarnos hacia la luz".

 

Thinley Norbu, como el gran maestro de esta tradición Longchen Rabjam, sugiere que al desapegarnos de los fenómenos que percibimos nos abrimos a la posibilidad de un fluir espontáneo en el que se puede borrar la división entre el sujeto y el objeto y habitar en un estado no-dual de conciencia pura sin fijación, ni reificación. Este estado, para esta corriente budista, es uno de integración a (o relajación en) la conciencia universal impersonal que permea el espacio (que es el espacio mismo en toda su luminosa vacuidad); en el caso del budismo secular de Bachelor esto es simplemente un estado de plenitud vital, aquí y ahora, sin ningún eco metafísico. La clave, de cualquier forma, está en la no-reactividad, en no dejarse arrastrar por pasiones y estímulos que como fantasmas captan nuestra atención incluso cuando han dejado de estar frente a nosotros. Tiene sentido que la iluminación sea descrita como no-reactividad o desapego abierto y fluido, ya que esta es la naturaleza de la luz, que es inasible y que nunca se detiene y si vemos las cosas como objetos sólidos, duros y estables es sólo porque nuestra percepción y nuestra conceptualización se aferra a una realidad sólida para sostener nuestra propia existencia (de un yo individual) y combatir la angustia que le genera el vacío. Por eso también se dice en el budismo tibetano que la mente no reactiva es como el cielo, que puede albergar cualquier fenómeno --puede surcar su espacio un avión, un ave, un misil y sin embargo permanece puro e inafectado.


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