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Antes de comprar, responde estas 3 preguntas para no enloquecer con las ofertas

Noviembre 18, 2016

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Por estos días –y, en general, en esta época– el consumo es uno de los mecanismos fundamentales de la actividad económica. Mucho de lo que hacemos está orientado a que alguien más lo consuma, de manera tal que se mantenga activa la dinámica de la producción y la generación de riqueza.

 

Sin embargo, esta misma tendencia ha dado origen a un comportamiento extremo en el que, a veces, se compra sólo por comprar, casi inconscientemente, como si se tratase de un comportamiento automatizado. Y como todo exceso, esta conducta usualmente provoca malestar: personas insatisfechas, endeudadas, mercancías hechas sin cuidado, etcétera.

 

El remedio a esto es muy sencillo: haz de tu consumo una acción consciente, responsable, conveniente para ti.

 

A continuación te compartimos 3 sencillas preguntas que pueden contribuir a esto.

 

1. ¿Lo necesitas?

Muchos sabemos, incluso por experiencia propia, que es posible comprar lo que no necesitamos. Sí, aunque suene contradictorio. Cuántas veces, al volver a nuestra casa, vemos lo que hemos adquirido y, simplemente, no sabemos qué hacer con eso. Antes de comprar algo, respóndete: ¿de verdad lo necesitas?

 

2. ¿Lo puedes pagar?

En nuestra época la deuda es sumamente común y, de hecho, algunos economistas sostienen que es el mecanismo que mantiene a flote la actividad productiva. A un nivel doméstico es también un recurso útil, pero no menos cierto es que para muchas personas esa utilidad termina convertida en un problema, pues también, como nunca en otra época, es muy sencillo endeudarse; todo es cuestión de pasar la tarjeta, firmar y listo. Piensa, sin embargo, que esa transacción es dinero que vas a tener que pagar, quizá no de inmediato pero sí eventualmente y que, por otro lado, es dinero que no vas a tener disponible para otras cosas. Si la compra que realizas está dentro de tu presupuesto, adelante, pero si no, te sugerimos pensar dos veces antes de adquirir una deuda.

 

3. ¿Lo vas a disfrutar?

Quizá no “necesites” algo pero sí lo quieras. Es decir, quizá no necesites una silla, porque ya tienes en tu casa, pero la quieras porque te gustó su diseño, sus colores o algo más. Poder disfrutar algo también es un elemento importante de una compra, porque es fundamental de la existencia, y por eso también es una pregunta que puedes incluir en esta breve reflexión. Si puedes comprar algo y, además, eso enriquecerá tu vida –en el mejor sentido posible de este verbo–, ¿por qué no hacerlo? Si esa compra sólo te va a mortificar, ¿no crees que entonces sería mejor evitarla?

 


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